La ley 35/2011 dictó que aquellas explotaciones ganaderas gestionadas por una unidad familiar son propiedad a partes iguales entre el hombre y la mujer.
Este fue un paso importante para el cambio, paralelo a tantos otros. Porque en la ganadería como en otros muchos sectores, la mujer ha quedado en el pasado relegada a un segundo plano.
En el pasado. Hoy en día, con leyes como la 35/2011 y el testimonio de mujeres ganaderas, la situación está cambiando. Las ganaderas reclaman apoyo de la Administración, a la vez que defienden su pasión y les piden a las nuevas generaciones que se formen en lo que más les guste, haciendo caso omiso a la quisquillosa visión social.
En las declaraciones de estas mujeres toma protagonismo la educación. Tradicionalmente la ganadería se ha considerado un trabajo de hombres quizá por la convicción de que es necesario tener mucha fuerza para trabajar con los animales. Sin embargo, ellas nos confirman que lo verdaderamente necesario es una buena formación, ya sea en la rama de veterinaria, legisladora o como trabajadora en granja.
Actualmente un 20% de los titulares de explotaciones agrarias y ganaderas en el mundo son mujeres, según datos de la ONU. Cada vez son más las mujeres que emprenden y compran para dedicarse al sector ganadero, logrando poco a poco un cambio enorme de mentalidad y abriendo camino a las próximas generaciones.
Poco a poco lograremos un cambio enorme en la sociedad.